04 mayo 2011

Yo tampoco hablaré de fútbol

No. Como diría Odón Martí, hoy no voy a hablar de fútbol. Al menos voy a intentarlo, aunque parece inevitable sacarse la resaca de encima tras esta maratón de Clásicos...

Acabada la última batalla, toca pasar balance de la guerra. No la deportiva, que también (por cierto, que esta temporada hubo cinco clásicos no cuatro, que parece haber interés en olvidar el primero...), sinó también tocará pasar balance de los daños que ha causado la guerra mediática vivida. Sí, guerra mediática. Así, sin comillas. Porque nunca antes la tan sobada metáfora de "guerra mediática" estuvo tan cerca de la realidad.

Una guerra mediática en la que no sólo participaron, como ya se esperaba, los diarios deportivos. Ayer mismo me decían "nos ha ido fenómeno. Hemos vendido más diarios que nunca. Y no sólo eso. También se ha notado un incremento de la publi. Fantástico." Era una fuente del departamento de márketing de uno de los principales diarios deportivos del país. Bien. Ninguna sorpresa. Ya sabemos que la prensa deportiva (o mejor dicho, las empresas con ánimo de lucro cuyo objeto de negocio es la venta de diarios dedicados al multimillonario negocio del fútbol), intentan aprovechar las batallas Madrid-Barcelona para incrementar exponencialmente las ventas de su producto y llevarse una pequeñita parte del pastel. Y que cuantas más polémicas, más ventas. Cuanto peor, mejor, que diría aquél...

La sorpresa, digo, es que este proceso de radicalización y parcialidad de la prensa deportiva ha contagiado a todos los canales comunicativos del país. A la guerra se añadieron sin el menor rubor (ni rigor) la prensa "generalista", los informativos de TV, e incluso los clubes que a través de sus propios medios informativos (¿debemos seguir llamándolos "informativos"?), sus webs, canales de TV, sus gabinetes de comunicación, e incluso de las palabras y los silencios de sus máximos dirigentes, incluídos los presidentes, han contribuído al espectáculo. Y si se me permite, desde mi subjetividad, mucho más desde el palco y el vestuario madrileño, aunque no pocos errores se han cometido también, desde un punto de vista de comunicación e imagen desde el club barcelonés. Recomiendo en este sentido el post que el mencionado Martí dedicó en su blog al uso que Sandro Rosell hace de las redes sociales.

El momento culminante de esta espiral de sinrazón comunicativa no llegó de la mano de Punto Pelota. Ni del Marca. Ni del As, el Sport, Telemadrid o TV3. A estos ya se les conoce los colores. Se les conoce e incluso se les perdona. No. El momento culminante (mejor dicho, el más bajo) fué la retransmisión que TVE hizo del partido de vuelta de las semifinales de Champions. TVE. La tele, en teoría, de todos. La que en los últimos años tantos esfuerzos ha hecho (y no sin éxitos, reconozcámoslo) por mejorar en pluralidad, rigor y calidad de contenidos.

Pues no. Llegó el último Clásico...y el esfuerzo de 7 años se derrumbó en 90 minutos. TVE se desmadró. Hizo el tratamiento propio de cuando el Real Madrid se enfrenta a un equipo extranjero. Los comentarios y el rostro de los presentadores al finalizar eran un auténtico poema. No dejaban margen a la duda. La Roja había sido eliminada de las semifinales de un mundial, y evidentemente con robo incluído. El súmmum de la incoherencia es que, visto el partido desde ese prisma, "la Roja" debería haber sido considerada el equipo que jugaba con  8 hombres de Del Bosque, no el que ese día sólo jugó con dos... En fín, como diría Casillas en sus propios micros "otra más"...aunque de estos no me lo esperaba. O no me lo esperaba tan bestia...

En definitiva, como en toda guerra, la primera víctima fué  la verdad. No ha sido fácil encontrar opiniones objetivas. Sólo honrosas excepciones, y sobretodo en la prensa "generalista", y no en toda. Ha sido tal el partidismo de los medios que, cómo si en una dictadura nos encontrasemos, no hemos sido pocos los que hemos llegado a buscar la información de medios extranjeros. Cómo en aquellos tres días que fueron del 11 al 14-M de 2004, en las que los medios estaban tan polarizados que sólo la prensa europea parecía tener credibilidad... L'Equipe, La Gazzeta dello Sport, The Guardian... Medios de prestigio y con una mirada distante que nos han servido para contrastar nuestra subjetividad, y calibrar si más o menos íbamos bien enfocados.

Costará recomponer algunas cosas en la profesión. El tiempo dirá si estos días de abril supuesieron un antes y un después en el terreno periodístico. Quizá con el tiempo el tema dé para una tesina, para un libro...

Leí estos días que la vida se había convertido en un largo e inacabable Clásico... Tampoco es eso. Han pasado otras cosas, digo yo... Intentaré ponerme al día. Y tendré que hacerlo sólo. Le pedí un resumen a un amigo y, supongo que también afectado por la infoxicación de Clásicos, no me dijo más que tonterías...

Que si un perturbado había quemado la cripta de la Sagrada Família. Que empezó un juicio contra el juez Garzón. Que se celebró Sant Jordi en un soleado y veraniego sábado de Semana Santa y resultó ser un éxito. Que se suprimieron peajes de la A-7 en Cataluña. Que La Vanguardia se vende en catalán. Que se hizo Santo a Juan Pablo II...Venga va...y que Bin Laden había sido asesinado por orden del premio Nobel de la Paz...

Si la mitad de todo eso fuese verdad más valdría que, entonces sí, nos pusieramos a hablar de fútbol, no?


* Lectura recomendada: http://www.odonmarti.com/2011/04/27/los-tweets-de-sandro-rosell/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sr. Larripa, usted que conoce en profundidad el mundo-red-mundial nos podría recomendar algún blog mesetario de las características de "Perarnau Blog"; para contrastar mismamente, jeje.

Pat Andrews

PD.- Seguimos sin hablar de fútbol: también es mala suerte que el único club representante del EE (estado español) haya sido eliminado de la Final Four de baloncesto ¿pur qe?